Bendecir a tus hijos cada noche de viernes es una bella costumbre. Es un momento lleno de amor y significado, en especial cuando entiendes el origen de esta tradición.
La Bendición a los Hijos
Yaakov, uno de los patriarcas del pueblo judío, tuvo 12 hijos que crecieron para convertirse en los líderes de las 12 tribus de Israel. El penúltimo hijo fue Yosef, quien tuvo dos hijos: Efraim y Menashé.
Justo antes de morir, Yaakov llamó a todos sus hijos para darles una bendición final. Como recompensa especial para Yosef, quien continuó siendo recto durante todo su duro exilio, él llamó primero a los hijos de Yosef, Efraim y Menashé, y les dio una bendición especial y dos porciones de la Tierra de Israel:
En ese día Yaakov los bendijo: “En el futuro, Israel (el pueblo judío) los utilizará como una bendición. Ellos dirán, ‘Que Dios te haga como Efraim y Menashé’” (Génesis 48:20).
La bendición de Yaakov fue que ellos serían una bendición, un ejemplo para el pueblo judío a lo largo de la historia. Desde ese día en adelante, se convertirían en un modelo para los niños judíos de todas partes, porque representaban cualidades dignas de emular eternamente.
¿Cuáles eran esas cualidades?
Efraim y Menashé fueron los primeros hermanos de entre nuestros antepasados que vivieron sin rivalidad. Antes de ellos estuvieron Isaac e Ishmael, Yaakov y Esav, y por supuesto, los hermanos de Yosef, que lo vendieron como esclavo. Todas las relaciones estuvieron cargadas de conflicto y competencia.
Efraim y Menashé fueron hermanos que vivieron en armonía, ya que el centro de sus vidas fue el más elevado ejemplo de trabajo por el bien de su comunidad y su pueblo. Las decisiones no estaban basadas en: ¿Qué es mejor para mí? sino en: ¿Qué es mejor para el pueblo judío? Los intereses del ego fueron dejados de lado en favor de algo más grandioso. Resuenan las palabras del rey David: “Qué bueno y placentero es para los hermanos sentarse juntos en paz” (Salmos 133:1). Esta es la esperanza que Dios tiene para todo el pueblo judío.
Además, ellos dos fueron los únicos de los 12 hijos y sus familias que crecieron hasta la madurez fuera de la Tierra de Israel. Y a pesar de esta desigualdad, se mantuvieron firmes en su compromiso con el judaísmo. No siempre podemos garantizar que nuestros hijos no estarán expuestos a un entorno negativo. Por consiguiente, les damos la bendición para que sean como aquellos que no fueron tentados por sus entornos inmorales y mantuvieron su comportamiento ético y recto.
Así, las cualidades exhibidas por Efraim y Menashé, de estar unidos por el bien de todos y de poseer el coraje para mantener los valores judíos en un ambiente no judío, se convirtieron en el punto de referencia para la crianza de niños judíos, incluso milenios después.
La Bendición a las Hijas
Sara, Rivka, Rajel y Lea… las matriarcas del pueblo judío. Cada una poseía cualidades únicas, que jugaron papeles esenciales en la fortaleza y el futuro de la nación. Pero hubo algo que todas compartían, algo que las mujeres judías de todos los tiempos lucharían para emular.
Cada una vivió con el reconocimiento de que el mayor logro es permitirle a los demás materializar su potencial como individuos y como miembros del pueblo judío. La Torá está llena de relatos sobre estas mujeres, registrando su agudeza, su naturaleza generosa y su sensibilidad, liderazgo y habilidad especial para inspirar a otros. Más allá de esto, todas las matriarcas fueron mujeres excepcionales y rectas, que venían de casas de personas malvadas, lo que hoy llamamos “un ambiente nocivo”.
Un ejemplo de esto es la historia de las hermanas Rajel y Lea. Un día, Yaakov entró en sus vidas, destinado a ser uno de los patriarcas del pueblo judío. Yaakov se enamoró de Rajel y le pidió su mano a Labán, el padre de ella. Labán se la prometió, pero sin embargo, en el último minuto, les dijo a sus hijas que Lea se casaría con Yaakov en lugar de Rajel.
Rajel podría haber reaccionado con resentimiento y celos, pero en cambio ayudó a Lea a casarse con Yaakov, porque reconoció que su hermana necesitaba hacer esto para cumplir con el propósito de su vida y convertirse en una de las matriarcas del pueblo judío.
Este acto de generosidad desinteresada, en donde las necesidades de otra persona (que pueden ser tan importantes como las propias) toman prioridad, es la cualidad que Rajel y las otras matriarcas del pueblo judío ejemplificaron fielmente.
Pero no era todo auto-sacrificio, porque Rajel sabía que hacer lo correcto, permitiéndole a Lea tomar su lugar, era la materialización de su propio potencial. Porque cuando damos a otros y los ayudamos a materializar su potencial, satisfacemos nuestras propias necesidades y nuestro deseo de crecer.
También vemos esto en nuestras relaciones hoy en día, tanto con amigos, familia, e incluso en el lugar de trabajo. Cuando las necesidades de los demás son nuestra prioridad, nuestra percepción de nosotros mismos se eleva inmensurablemente, y nuestras relaciones se convierten en mundos de generosidad, donde florecen el amor y la autoestima.
Estas mujeres compartían una relación especial con Dios, y utilizaron los regalos que Él les dio para el bien de otros y para el pueblo judío. Cuando bendecimos a nuestras hijas el viernes a la noche, le estamos pidiendo a Dios que les provea las cualidades de sus matriarcas, y nos recordamos a nosotros mismos qué significa verdaderamente “dar”.
Guía paso a paso
1. En diferentes hogares hay diferentes costumbres. Algunas personas se paran y van hasta donde están sus hijos, otras hacen que los niños vengan hacia ellos. En algunos hogares el padre le da la bendición a cada hijo, en otros lo hacen ambos padres.
2. En todos los casos, se pone una mano sobre la cabeza del niño y se recita la bendición apropiada, ya sea para un niño o una niña.
3. Luego, es agradable susurrarle al niño algo personal al oído, alabando algún logro suyo de la semana, como una buena nota en un examen o jugar amablemente con su hermano menor. Es tu momento especial con tu hijo, utilízalo para generar una conexión personal.
Bendición para un Niño
Bendición para una Niña
Reflexiones
Por muchos años fui diligente en darle la bendición de Shabat a cada una de mis hijas, rogándole a Dios que las hiciera como las matriarcas, Sara, Rivka, Rajel y Lea.
Después de que nuestras hijas fueron a la universidad, me enfrenté a un dilema. ¿Cómo les daría la bendición? Entonces se me ocurrió, ¿Por qué no por telefono? Eso fue lo que hicimos, y la costumbre ha continuado hasta hoy. El viernes a la mañana llamamos a nuestra hija menor (que ahora está estudiando en Jerusalem), y le damos su bendición. Más tarde, hacemos lo mismo con nuestra hija mayor en Manhattan.
Independiente de dónde estén, le doy amorosamente una bendición de Shabat a cada una. Honestamente, no sé quién disfruta más, si yo al darla, o ellas al recibirla. Pero no importa. No nos lo perderíamos por nada en el mundo. Es el lazo que nos une como familia, y que une a nuestra familia a su legado judío.
* * *
No crié a mis hijos en un ambiente familiar tradicional, por lo que me sorprendí bastante al ver que han crecido observantes.
A mi esposo y a mí nos encanta pasar los viernes a la noche en sus casas, con toda la familia reunida, todos vestidos con su mejor ropa, la mesa brillando con plata y cristal… Pero mi parte favorita es cuando mis nietos se acercan a sus padres para recibir su bendición.
¡Es tan conmovedor, y tan saludable! No importa qué conflicto hubo durante la semana, en ese momento el niño no puede evitar sentirse muy especial y muy amado.
Sin dudas crecerán con tiernos recuerdos de esas bendiciones de viernes a la noche, que realmente son los pilares de su autoestima.
* * *
Mi padre nos ha dado una bendición a mi esposa y a mí cada viernes a la noche desde hace mucho tiempo, y sin embargo cuando mi hijo nació, no lo hice con él. Creo que me sentía incómodo haciéndolo delante de todos.
Hace unos meses empecé a bendecirlo en secreto cuando todos se levantaban para lavarse las manos antes de comer. La primera vez que lo hice me sentí estupendo. Entonces comencé a fortalecerme poco a poco, hasta que por fin lo hice con todos en la mesa. Ahora es un honor hacerlo, y mi hijo de un año se queda sentado cuando le coloco la mano sobre su cabeza y le doy su bendición. Es increíble lo bien que me hace sentir.
Havdalá – Guía paso a paso
Vino, Especias y Velas. Fácil como el ABC.
Así como proclamamos la entrada d el Shabat haciendo "Kidush", así también marcamos la salida del Shabat con "Havdalá".
1. Lo que necesitarás:
- Una vela doble (o dos velas pegadas con sus mechas juntas)
- Copa de vino o jugo de uvas
- Especias (los clavos de olor funcionan bien)
- Un Pedazo de papel aluminio (o un plato) para que la vela gotee, y para extinguir la llama
2. Shabat termina cuando tres estrellas de tamaño mediano son visibles a primera vista en el cielo de la noche. Este tiempo varía de acuerdo a la ubicación y temporada.
3. Si el tiempo de finalización del Shabat ha pasado, uno puede recitar las siguientes palabras y comenzar a hacer actividades de "la semana":
Baruj ha-mavdil bein kodesh le-jol.
Bendito es Quien divide entre lo sagrado y lo mundano.
Asimismo, durante el servicio de la noche, hay una inserción especial en la Amidá silenciosa que actúa como una Havdalá preliminar.
De cualquier forma, uno aún necesita llevar a cabo la ceremonia de Havdalá sobre vino o jugo de uva.
4. Uno no debe comer ni beber hasta haber realizado la ceremonia de Havdalá.
5. Havdalá se compone de cinco secciones:
a) El párrafo de introducción.
b) Bendición sobre el vino. El judaísmo nos enseña a transformar lo físico en espiritual. Así como las simples uvas fueron transformadas en vino, así también tenemos placer de la renovación espiritual que hemos logrado durante el Shabat, y esperamos que continúe creciendo a través de la semana entrante.
c) Bendición sobre las especias. Los Cabalistas nos dicen que durante Shabat, cada uno recibe un alma extra, o sensibilidad espiritual extra. Así como el Shabat se va, así también lo hace el alma extra, causándonos que nos sintamos débiles. Por ésta razón olemos algunas especias (¡sales aromáticas espirituales!) para reconfortar a nuestra alma por la pérdida de Shabat.
d) Bendición de la llama. El Talmud dice que cuando Adán fue creado en el sexto día, se puso muy triste al ver el surgimiento de la oscuridad el viernes a la noche. ¡Él pensó que tal vez el mundo se estaba terminando! Así que el sábado por la noche, Dios le dio a Adán el regalo del fuego. Esta es la razón por la que decimos la bendición sobre el fuego el sábado por la noche. La vela de Havdalá representa la primera, y fundamental, luz de la creación; un nuevo comienzo, un nuevo compromiso. Esperamos extender la luz de Shabat en nuestra semana.
Después de decir la bendición, hacemos uso de la luz acercando nuestras manos a la llama y mirando a nuestras uñas. Cuando Shabat viene, encendemos una simple vela; sin embargo, cuando Shabat se esta yendo, encendemos una llama mayor de luces entrelazadas, dado que hemos tenido la experiencia de vivir con un alma adicional y la oportunidad que esto significa.
e) Por último, la Bendición de la Havdalá.
6. El procedimiento es el siguiente:
Llene una copa de kidush, ya sea con vino o con jugo de uvas, hasta que el líquido se desborde un poco en el plato de abajo. Esto es un símbolo de nuestro deseo que las bendiciones desborden en la semana.
Encienda la vela de Havdalá (una vela trenzada con al menos dos mechas, o dos velas pegadas con sus llamas juntas). Alguien que no sea la persona que efectúa la bendición debería sujetar la vela. Si esta solo, coloque la vela en un contenedor.
Puede hacerlo parado o sentado, y no debe hablar hasta que se termine la ceremonia.
Sosteniendo la copa de vino en la palma de la mano derecha (o la izquierda para los zurdos), se lee el primer párrafo:
Bendiciones de la Havdalá
Hineh El ieshuasi, evtaj ve-lo efjad, ki azi ve-zimras Yah Ado---noy, va-iehi li lishu'ah. Ushav'tem maim be-sason mi-ma'aenei ha-ieshuah. La'Ado---noy ha-ieshuah, al ameja birja-seja selah. Ado---noy tzeva'os imanu, misgav lanu Elo-hei Ia'acov selah. Ado---noy tzeva'os, ashrei adam bote'aj baj, Ado--noy hoshiah, ha-melej ia'aneinu ve-iom karenu. La-iehudim hai'sa ora ve-simja, ve-sason vikar. Ken ti'heh lanu. Kos ieshuos esa, uve-shem Ado--noy ekra.
He aquí que Dios es mi salvación, confiaré y no temeré, pues Dios es mi fuerza y mi alabanza, HASHEM, Él fue una salvación para mí. Podéis extraer agua con alegría de los manantiales de la salvación. La salvación es de HASHEM, sobre Tu pueblo posa Tu bendición, Sela. HASHEM, Señor de las Huestes, está con nosotros, el Dios de Iaacov es un Baluarte para nosotros, ¡Sela! HASHEM, Señor de las Huestes, bienaventurada es la persona que confía en Ti. ¡HASHEM, salva! Que el Rey nos responda en el día que llamemos. Para los judíos hubo luz, dicha, felicidad y honor, que así sea para nosotros. Levantaré la copa de las salvaciones, e invocaré el Nombre de HASHEM.
***
Se continúa con la Bendición del Vino (pero aún no se toma):
Savri maranan ve-rabanan ve-rabotai: Baruj ata Ado---noy, Elo--heinu melej ha-olam, Borei peri ha-gafen.
Bendito eres Tú, HASHEM, Dios nuestro, Rey del universo, que crea el fruto de la vid.
Todos los presentes responden: "Amén".
***
La copa se pasa a la mano izquierda. Se levanta la caja de especias (normalmente clavos de olor o páprika; la canela no debe utilizarse ya que aun en rama es comestible) con la mano derecha y la siguiente bendición es pronunciada:
Baruj ata Ado---noy, Elo---heinu melej ha-olam, Bore minei vesamim.
Bendito eres Tú, HASHEM, Dios nuestro, Rey del universo, que crea especies de aroma.
Todos los presentes responden: "Amén".
El líder huele las especies y las pasa alrededor de la mesa para que todos las huelan.
***
Con la copa de vino aún en la mano izquierda, la bendición sobre el fuego (la llama de la vela) es pronunciada:
Baruj ata Ado---noy, Elo---heinu melej ha-olam, Bore me'orei ha-aesh.
Bendito eres Tú, HASHEM, Dios nuestro, Rey del universo, que crea las lumbreras del fuego.
Todos los presentes responden: "Amén".
Todos los presentes extienden sus manos hacia la llama para observar sus uñas (para utilizar la llama sobre la cual se pronuncio la bendición).
***
La copa de vino es regresada a la mano derecha para la bendición final:
Baruj ata Ado--noy, Elo--heinu melej ha-olam, ha-mavdil bein kodesh le-jol, bein ohr le-joshej, bein Israel la-amim, bein iom ha-shevi'i le-sheshes iemei ha-ma'aseh. Baruj ata Ado---noy, ha-mavdil bein kodesh le-jol.
Bendito eres Tú, HASHEM, Dios nuestro, Rey del universo, que separa entre lo sagrado y lo mundano, entre la luz y la oscuridad, entre Israel y las naciones, entre el séptimo día y los seis días de trabajo. Bendito eres Tú, HASHEM, que separa entre lo sagrado y lo mundano.
Todos los presentes responden: "Amén".
El líder toma al menos 60 cm3 del líquido. El resto del vino es utilizado para extinguir la llama. Inténtalo vertiendo un poco sobre un plato y metiendo la llama en el líquido hasta que se apague. Hay quienes tienen la costumbre, antes de extinguir la llama, de prender dos velas nuevas, para que la "Luz" de Shabat continúe en la semana. También existe la costumbre de humedecer las yemas de los dedos en el vino derramado, para poner unas gotas en los parpados y detrás de las orejas – como un augurio de "ver y escuchar" buenas noticias a lo largo de la semana.
Rosh HaShaná
Rosh Hashaná, el año nuevo judío
El Iom Kipur, día de la purificación
Iom Kipur: ¡Todo lo que necesitas saber!
Es el día más sagrado del año judío. ¡Deberíamos saber qué estamos haciendo y hacerlo bien!
Ángel por un Día
¿Qué son los "ángeles"? Los ángeles son seres completamente espirituales, que tienen el objetivo exclusivo de servir a su creador.
En Iom Kipur, cada judío se asemeja a un ángel. Como explica el Maharal de Praga:
"Todas las mitzvot que Dios nos ordenó [en Iom Kipur] están diseñadas para remover, en la mayor cantidad posible, la relación de una persona con el mundo físico, hasta que ella es completamente como un ángel".
Así como los ángeles (por así decirlo) se paran derechos, así también nosotros pasamos la mayor parte de Iom Kipur parados en la sinagoga. Y así como los ángeles (por así decirlo) se visten de blanco, así también nosotros acostumbramos a vestirnos de blanco en Iom Kipur. Así como los ángeles no comen ni beben, así también, nosotros no comemos ni bebemos.
Cinco Aspectos
Hay cinco áreas de envolvimiento físico de los que nos apartamos en Iom Kipur. Ellas son:
1. Comer y Beber
2. Lavarnos
3. Aplicarnos aceites o lociones en la piel
4. Tener Relaciones Maritales
5. Usar Zapatos de Cuero
A lo largo del año, mucha gente pasa sus días enfocados en la comida, el trabajo, las posesiones materiales superficiales (simbolizadas por los zapatos) y los placeres superficiales (simbolizados por los aceites). En Iom Kipur, restauramos nuestras prioridades a lo que realmente cuenta en la vida.
Como Rab Eliahu Dessler escribe:
"En Iom Kipur el poder de la inclinación negativa es apagado. Por lo tanto, nuestro anhelo de elevarnos espiritualmente se reafirma, después de haber estado latente como resultado del efecto amortiguador del pecado en el alma. Este rejuvenecimiento de las intenciones les da derecho a la persona a ser considerada de manera especial y ser perdonada".
Teshuvá y Perdón
Luego del pecado del becerro de oro, Moisés le rogó a Dios que perdonara al pueblo. Finalmente en Iom Kipur, la expiación fue conseguida y Moisés bajó el segundo conjunto de Tablas desde el Monte Sinai.
Desde aquél día en adelante, cada Iom Kipur ha traído consigo un poder especial para limpiar los errores de los judíos (tanto individualmente como colectivamente) y dejar la pizarra en blanco.
Si bien Iom Kipur expía las transgresiones en contra de Dios, esto no incluye los males cometidos en contra de otros seres humanos. Es por esto que la costumbre judía universal – en algún momento antes de Iom Kipur – es disculparse y buscar el perdón de cualquier amigo, pariente o conocido a quien podamos haber dañado o insultado durante el último año.
El Ayuno Mismo
El ayuno de Iom Kipur comienza con la puesta del sol y dura 25 horas, hasta el siguiente anochecer.
En la tarde previa a Iom Kipur, es una mitzvá especial comer una comida festiva.
Para poder hacer tu ayuno más fácil en general, durante el día anterior, trata de comer algo cada dos horas. En la comida festiva, come una porción moderada de comida para no acelerar el proceso de digestión. Tampoco tomes café o bebidas cola, porque la cafeína es un diurético. Los tomadores de café pueden también evitar el temido dolor de cabeza disminuyendo lentamente la cantidad de café consumido durante la semana anterior a Iom Kipur.
Generalmente después de comer nos da más sed, así que cuando termines la comida festiva, deja un tiempo extra antes de la puesta del sol para beber. También, beber agua tibia con azúcar puede ayudar a estar menos sediento durante el ayuno.
En Caso de Enfermedad
Si alguien está enfermo, y un doctor opina que ayunar puede ponerlo en peligro de muerte, el paciente debe comer o beber pequeñas cantidades.
El paciente debe tratar de comer sólo 28 gramos (una onza) y esperar nueve minutos antes de comer nuevamente. Una vez que hayan pasado nueve minutos, puede volver a comer esta pequeña cantidad, y así sucesivamente a lo largo del día.
En cuanto a beber, él debe tratar de beber menos de lo que el Talmud llama "melo lugmav" – la cantidad que llenaría la mejilla inflada de una persona. Mientras esta cantidad varía entre persona y persona, es aproximadamente 35 ml (un poco más que una onza de líquido) y debe esperar nueve minutos antes de volver a beber.
¿Cómo consumir pequeñas cantidades hace una diferencia? En la ley judía, el acto de "comer" es definido como "consumir cierta cantidad en cierto período de tiempo". De otra manera, no es comer, es "picar" – lo cual a pesar que también está prohibido en Iom Kipur, es menos severo cuando la salud esta en juego.
La razón para todos estos tecnicismos es porque comer en Iom Kipur está considerado como una de las prohibiciones más serias en la Torá. Así que aunque hay lugar para ser menos severo en ciertas situaciones, aún así tratamos de minimizarlo.
Nota que comer y beber son tratados como actos independientes, lo que significa que el paciente puede comer y beber al mismo tiempo durante esos nueve minutos, y las cantidades no se suman. Habiendo dicho esto, si estas pequeñas cantidades son insuficientes, el paciente puede incluso comer y beber regularmente. En tal caso, la persona no hace Kidush antes de comer, pero si recita "La Bendición Después de la Comida", insertando el párrafo de "ya'alé veyavó".
¿Y qué pasa en un caso en el cual la opinión del paciente discrepa con la del doctor? Si el paciente está seguro que debe comer para prevenir peligro a su salud, entonces nos apoyamos en su palabra, incluso si el doctor está en desacuerdo. Y en la situación opuesta – si el paciente se niega a comer a pesar de las advertencias del doctor – entonces convencemos al paciente de que coma, ya que es posible que su juicio esté afectado por la enfermedad.
¡Les deseo un ayuno fácil y un Iom Kipur significativo!
7 pasos para un ayuno fácil
Dándole un nuevo significado al término “comida rápida”.
Ayunar 25 horas es, sin lugar a dudas, difícil. Pero hay algo que puede facilitarnos las cosas:
Hidratación.
La mayoría de la gente cree que el desafío de ayunar es el hambre. Pero la verdad es que evitar la sed es mucho más importante. Una persona promedio puede sobrevivir por un mes sin comida – pero sólo tres días sin agua.
Con una hidratación apropiada, no sólo evitarás el malestar de la sed, sino que también tragarás saliva con más frecuencia, haciendo que tu estómago no se sienta tan vacío.
Ayunar es fácil si preparas tu cuerpo de antemano. Aquí hay siete simples pasos para maximizar tu hidratación – lo cual te dejará con más fuerza y energía para realizar correctamente el importante trabajo espiritual del día.
1) Comienza temprano
Las náuseas y los dolores de cabeza que mucha gente experimenta durante un ayuno son, a menudo, el resultado de la falta de cafeína. Prepárate reduciendo la ingestión de cafeína en los días anteriores al ayuno – y deja la cafeína por completo 24 horas antes del ayuno. Un truco es mezclar café común con café descafeinado, aumentando progresivamente la proporción de este último a medida que se acerca el día del ayuno.
2) Prepárate poco a poco
La mañana previa, inicia el día con un gran desayuno – basado en cereales, pan y frutas. Esto te dará buena energía durante el día, pero al ser alimentos ricos en fibras, se habrán digerido para el momento de la comida antes del ayuno, cuando querrás tener mucho apetito.
Un desayuno abundante también te será de ayuda, ya que agranda el estómago preparándolo para recibir después más comida y agua.
Come un almuerzo moderado, lo suficientemente temprano como para tener apetito para la comida final antes del ayuno.
Comienza la comida final como mínimo una hora antes de que comience el ayuno, para que no tengas que comer rápido.
3) Evita los alimentos que dan sed
Una forma importante de mantenerse bien hidratado es evitar todo lo que haga que tu cuerpo elimine agua. El chocolate, el té, la cola y el café deben ser evitados ya que la cafeína es un diurético. El alcohol tampoco es recomendable, porque requiere mucha agua para ser procesado por el sistema digestivo.
Otro alimento problemático – la sal – es muy conocido por causar sed. Evita comidas saladas como pickles, embutidos, queso, pescado enlatado, pescado ahumado y las típicas comidas judías: sopa de pollo y carne de vacuno. Pescado fresco y pollo hervido son buenas alternativas.
4) Más carbohidratos que proteínas
Planea el menú de la última comida antes del ayuno para que destaque en alimentos ricos en carbohidratos y bajos en sal, como pastas, papas, arroz y pan (preferentemente arroz integral y pan de salvado). Los carbohidratos retienen el agua, la cual tu cuerpo podrá “beber” cuando la necesite durante el ayuno.
Las ensaladas y otros alimentos ricos en fibras deben ser minimizados, ya que viajan rápidamente por el sistema digestivo y proveen saciedad durante poco tiempo.
La comida final debe incluir sólo pequeñas cantidades de proteínas, ya que estas en realidad atraen y filtran el agua de los tejidos (de hecho, la dramática pérdida de peso que la gente experimenta en las dietas altas en proteínas es producto del agua que se pierde ya que las moléculas de proteína no son capaces de mantenerla en tu sistema – agua que ciertamente quieres en tu organismo durante un ayuno).
5) Actuar como un camello
La clave para un ayuno fácil es hidratarse mucho. Comienza 24 horas antes del ayuno a tomar un vaso de agua cada hora (colócate recordatorios).
Durante el día, consume muchas bebidas. Esto no te llenará, porque los líquidos se absorben con rapidez, pero asegurará que hayas absorbido suficientes fluidos durante el día para empezar bien hidratado la comida previa al ayuno.
No consumas bebidas dulces, las que sólo dan calorías vacías. La mejor opción: pura agua. La segunda: jugo de fruta diluido.
Las frutas, a pesar de contener
Alexa Millan
21 Mar 2015 - 10:35 pm
HA SIDO DE GRANDE BENDICION ESTA PAGINA YA QUE ESTOY APRENDIENDO PASO A PASO LA GRANDES MARAVILLAS DE LA TORAH Y DE LA TIERRA SANTA DE ISRRAEL SHALOM POR SIEMPRE MI AJOT SONY
Angelica Herrera Gomez
21 Mar 2015 - 09:33 pm
Agradeco tanto esta guia .les bendigo tanto